El ciclo de Krebs es considerada una vía anfibiótica (puede
ser anabólica y catabólica al mismo tiempo), y se define como una ruta
metabólica que forma parte de la respiración celular en todas las células
aeróbicas, donde se libera energía almacenada a través de la oxidación del
acetil-CoA derivado de carbohidratos, grasas y proteínas en dióxido de carbono
y energía química ATP. En células eucariotas se realiza en la matriz
mitocondrial, y en las procariotas, en el citoplasma.
El ciclo proporciona precursores de ciertos aminoácidos, así
como el agente reductor NADH que se utiliza en numerosas reacciones
bioquímicas. Su importancia central para muchas vías bioquímicas es que fue uno
de los primeros componentes establecidos del metabolismo celular.
En organismos aeróbicos, el ciclo de Krebs es parte de la
vía catabólica que realiza la oxidación de glúcidos, ácidos grasos y
aminoácidos hasta producir CO2, liberando energía en forma utilizable poder
reductor y GTP.
El metabolismo oxidativo de glúcidos, lípidos y proteínas frecuentemente se divide en tres etapas. En la primera etapa, los carbonos de estas macromoléculas dan lugar a acetil-CoA, e incluye las vías catabólicas de aminoácidos, la beta oxidación de ácidos grasos y la glucólisis.La segunda etapa es el ciclo de Krebs, y la tercer etapa es la fosforilación oxidativa, en la cual el poder reductor (NADH y FADH2) generado se emplea para la síntesis de ATP.
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